Desde muy niño fui aprendiendo de mi padre todo lo que ha mi me gustaba, la música se me fue metiendo hasta en los tuétanos, cada vez que escuchaba a mi padre me estremecía y me decía entre mi, algún día seré como mi viejo, y no paso mucho tiempo para lograr el cometido, así me fui adentrando en el aprendizaje del cuatro y observando fui aprendiendo también el arte de tallar y hacer instrumentos de madera, gracias a la enseñanza que mi padre me dio, así lo contó el músico y tallador Leopoldo Linarez Salazar.
Su padre observando a su vástago se sorprendió al ver con que facilidad lograba hacer de la música un deleite para los oídos de los que los escuchaban y ya a la edad de 12 años lo acompaño musicalmente con el cuatro.
Leopoldo Linarez Salazar, vecino de la urbanización Durigua ya tiene 58 años dedicado a lo que el describe como su única pasión "la Música" y a la vez desarrollando aun mas la ejecución, la reparación y fabricacion de todo tipo de instrumentos musicales.
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