sábado, 17 de marzo de 2012


El Pistachero de Acarigua

Mario Manzanares
Don Luis Garcia, el popular Pistachero de Acarigua.
Descansando en el Palmar
Las calles de esta gran ciudad, Acarigua son testigos del trabajo que realiza este humilde hombre pr vender su producto. Calle arriba y calle abajo con su caminar lento, su mirada caída  por el cansancio y los años que no perdonan, una cesta debajo del brazo, su frente sudorosa pero con una sonrisa y un humor a flor de labios escuchamos su frase de enganche “pistachos pa´se muchachos”.
Así es, este hombre que en sus años de mozo fue guardia nacional y su retiro decoros más su pensión lo “amarraron” como dice él entre cuatro paredes y un buen día decidió salir a vender, pero que vendo se preguntó y se le ocurrió la idea de vender semillas y así nace la historia del polifacético y dicharachero vendedor de pistachos Luis Pérez.
La venta de estos productos como el pistacho, que dicho sea de paso es el fruto del alfónago, maní, semillas de ahuyama, girasol, conservas de plátanos, tostones, en fin carga en su cesta una gran gama de variedad, este trabajo han hecho de Luis Pérez el caminante que lleva su mercancía por todos los rincones de Acarigua; bares, billares, refresquerías por todos lados conseguimos a el señor Luis.
Caída la tarde, este caminante del sabor Luis Pérez es un afija en el negocio El Palmar ubicado en el edificio Gómez López. Allí en una esquina donde ve pasar a todos se sienta a descansar sus viejos pies, coloca su cesta llena de mercancía a un lado y le pide a José una espumosa que con gran rapidez desaparece como acto de magia, el pobre tría sed, se escuchan los comentarios dentro del negocio y de inmediato hace una señal y aparece otra al frente de su maltratado cuerpo por los años.
Eulogio Agraez el popular “José”, dueño del negocio con su calma característica le lleva la “negra” hasta su mesa, ha esta la trata con más calma, saborea y mira de lado a lado y su frase pistacho pa´se muchacho se escucha nuevamente con más fuerza, las cuerdas vocales llegaron nuevamente y con la misma intensidad de como comienza la mañana sus ventas.
Sus casi ochenta primaveras no lo amilanan, día a día sale en busca de compañía la cual consigue en la calle; una vez dijo, “si me quedo en casa las paredes me llevaran para el cementerio, por eso me refugio en las calles, con mi gente que compra mis semillas”. Mis amigos.
Este hombre caucásico ya por la caída de los años, que le sirvió a la patria tres décadas en la GN, ya tiene un sitial ganado como hombre de bien. Reconocido por la gente, por sus clientes a los que él agradece por su compra, con su piel arrugada por el pasar del tiempo; Luis Pérez “el pistachero de Acarigua”, es un hombre que hizo con andar lento pero seguro, la historia menuda de esta metrópolis portugueseña, Acarigua.

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