sábado, 17 de marzo de 2012


Ramón “monche” Carucci de Turén para América
Mario Manzanares
El ciclismo desde hace muchos años ha sido una especialidad deportiva que ha dado al estado Portuguesa muchos y buenos pasistas que han brillado a lo largo y ancho de nuestro territorio y fuera de nuestras fronteras. Basta nombrar en la década de los años 50 corredores de la talla Manuel Segundo Rodríguez, hombre que se entregaba  en cada carrera, al igual que el extraordinario corredor Ramón “monche” Carucci quien fue duro de vencer y uno de los pocos que en esa época dorada de grandes corredores brillaron en las multidinarias carreras domingueras que se realizaban en las diferentes avenidas de Portuguesa, que para esa década tenían asfalto.
Ramón Carucci desde muy niño le entusiasmo estar activo, se la pasaba corriendo en las calles, y ya a los 10 años contaba con una bicicleta,  allí le agarro gusto al pedal ya que para todos lados iba como si estuviera compitiendo y en el año 1954 ya era todo un ciclista.
Esta calapedista portugueseño participo en cinco vueltas ciclísticas a Venezuela dejando muy en alto los colores del estado, al igual que asistió a los primeros juegos nacionales realizados en la capital de la republica Caracas en 1961 y a siete juegos deportivos más en su carrera.
Siempre como representante de Portuguesa Carucci le toco vestir la tricolor en aquel entonces hoy vinotinto en Colombia dejo buenos cronos y desde ya era una fija en competencias internacionales. Siempre fue un gran animador de las diferentes clásicas que se realizaban en Barquisimeto y aquí en Acarigua-Araure siempre defendiendo su equipo por muchos años Piratas del 62.
Este nativo de Turen comienza en este completo deporte en la categoría turismero o paseo y ya con dos años de experiencia en 1955 conoce a Nicolás Valderrama quien le ayuda y a los pocos meses ya estaba la categoría grande, la especial. En esta categoría ya brillaban entre otros Nicolás Valderrama, Ángel Bigott, “el chueco” Torres, Arcángel Bigott, Bernardo Aguilar, Ardo Yacobucci y luego aparecieron en el ambiente los especiales Manuel Segundo Rodríguez, Andrés Colmenarez, Adonay Ruiz, Luis Segundo Cordero (+) quien ya a corta edad se vislumbraba como uno de los que iba dar de que hablar pero un accidente fatal en una carrera lo saco de las carreteras y del ciclismo.
En una vuelta a Venezuela fuimos tres corredores recuerda Carucci, fueron patrocinados por ese gran hombre amante del deporte y por muchos años banquero, gerente del desaparecido Banco Lara Don Vicente Padilla, quien aportó 150 mil bolívares y todavía les quedo plata de regreso. Participaron en tres etapas, la primera Caracas-Puerto Cabello, la segunda etapa Puerto Cabello- Barquisimeto y la tercera Barquisimeto- San Carlos en la parte “A” y la “B”, San Carlos – Valencia y a última etapa se corrió Valencia – Caracas con llegada en el velódromo Teo Capriles. Ese equipo estuvo conformado por el desaparecido Regulo Méndez, Luis Segundo Rodríguez y Ramón Carucci.
Se unirían a esta trilogía de pedalistas otros grandes de la época tales como Argenis Salazar quien era una locomotora al momento de rematar, Alirio Quiroz, Asunción Pérez (el campesino), el catire Barrios entre otros, dándole a el ciclismo el empuje para que la avenida Las Lágrimas se llenara domingo a domingo, había si se quiere ciclismo del bueno.
Cada domingo se hacían aquí o fuera del estado competencias calapedisticas donde cada corredor buscaba lucirse en la competencia, en los años 57 y 58 la afición era tal que provocaba competir y en cada salida de competencia en la raya de salida siempre habían entre 60 a 70 contendientes, sinceramente no era necesario salir a otros estado a correr. Portuguesa siempre fue motor en este tipo de competición, eran emocionantes y muy barato el patrocinio, un tubular costaba 10 bolívares el más caro y una bicicleta especia unos 300 bolívares.
Para la época debemos mencionar un gran mentor de esta disciplina deportiva el presidente de la Asociación de Ciclismo de Portuguesa el gran Félix Parra Calvetti, quien aparte fue el primer locutor deportivo de Radio Acarigua y su programa Comentando Al Deporte fue de gran impulso tanto para el ciclismo como para otras nacientes disciplinas deportivas. Luego de parra Calvetti le sucedería en la Asociación otro gran baluarte del ciclismo Arturo Capriles, luego vendría Plaza un hermano llegado desde Colombia conocedor de este deporte y unos años después  llegaría a la máxima dirigencia de este deporte Jesús Lameda, todos ellos recordados aún por su entrega y mística y merecedores del respeto de todos los ciclistas.
Entre los patrocinantes  que recuerda Ramón Carucci están Vicente Padilla y el señor Quintana, esos señores los llevaban para todas partes, donde había competencia allí estábamos con el equipo “Juventud” que era conformado por Adonay Pérez, Camacho (de Ospino), Luis Segundo Cordero, Regulo Méndez y monche Carucci, ellos corrían con todos los gastos del equipo.
Sin lugar a dudas es época se puede recordar como la época de oro del ciclismo especial de Portuguesa, grandes competidores como Nicolás Valderrama (+) quien luchaba cada carrera como si fuera la última, quien no recuerda a Ramón “la pava” Hinojosa un bregador, Jesús Herminio Castillo (+) quien en su tiempo fue bedel de la escuela Hermanas Peraza donde lo recuerdan por su trabajo esmerado y su don de gente, allí todos podían subir al pódium, hubo muchas sorpresas a la hora de las llegadas, todos eran de gran categoría, no habían ciclistas flojos como lo recuerda Monche Carucci.
Las carreras domingueras eran exigentes, los clásicos más cortos superaban los 180 kilómetros, iban ida y vuelta a Biscucuy, a San Carlos y a Lara. Los más duros superaban los 300 km. Acarigua – San Felipe, Acarigua – Yaritagua. En las carreras para Biscucuy se hacían cada 20 días por lo exigente de la carretera, era peligrosa y la asociación no exponía a sus ciclistas. Cada competidor se entrenaba duro, se exigía al máximo, carreras largas no como los entrenamientos de ahora que limitan el recorrido, claro son épocas diferentes y el volumen de vehículos hoy día es mayor comparado con nuestros días, debe ser por eso también, nos dice Carucci.
“Nuestros entrenamientos eran exigentes, nos reunimos tres o cuatro ciclistas y salíamos a la 5 am. Íbamos a Biscucuy que son como trescientos kilómetros ir y venir, comíamos algo y para atrás llegando aquí a Acarigua entre dos y tres de la tarde. Se buscaba con ello tener un buen fondo físico, nadie entrenaba menos de 100 kilómetros diarios, en  carretera era biela y biela cero cuento, como si fuera una competencia,” nos aclara Carucci.
¿Qué carrera que ganaste recuerdas?
RC.- piensa un rato y contesta sin vacilar, “el clásico Polar, el presidente de esa empresa era el amigo Castañeda portugueseño. Esta clásica fue ida y vuelta a San Carlos y solo culminamos seis competidores la carrera, después de mi cruzaron la raya de sentencia ubicada al frente del bar Suramérica en la Plaza Bolívar Ramón Hinojosa, Nicolás Valderrama, Herminio Castillo, Manuel Segundo Castillo y Juan Linares (P).”
¿Luego de tu retiro, que ciclista has visto tú con esa mística y garra con las que ustedes compitieron?
RC.- “Luego de mi retiro por edad, he admirado por su calidad, por ser un luchador que no da nada por perdido y es un todo terreno me refiero a Gustavo Parra (el olímpico) y a Juan Linares, ellos dos se merecen mis respetos por ser buenos exponentes de lo que nosotros sembramos, ser fajadores no solo estar en la fuga sin hacer nada para estar fresco a la hora del embalaje y ganar, el ciclismo hay que sudarlo y sentirlo, ellos encarnan nuestra filosofía salir a ganar pero peleando cada metro de la competencia. Quiero recordar a un gran ciclista pero que tenía un defecto (si se le puede llamar defecto) que era que no luchaba, me refiero a Argenis Salazar un extraordinario rematador, las ganaba todas solo esperaba el momento para rematar y lo hacía con mucha clase y fuerza, ganándole a los mejores ciclistas de Venezuela y no a cualquiera entre otros a Víctor Chirinos, al gran Peraza (Lara), que eran tan buenos como él en esta especialidad de rematador y les gano y con ello muchos clásicos. Todo el tiempo comía rueda no era fajador como mi persona, Herminio Martínez, Nicolás Valderrama que siempre estábamos a la expectativa de cualquier salida o salíamos nosotros, porque uno en la cola del pelotón no hace nada, lo que puede es caerse ya que en una caída los de atrás son los que sufren lo peor. Los corredores buenos estábamos en diferentes clubes para que las competencias tuvieran lucidez y no se fueran por un solo lado las competencias.”
¿Qué le puedes decir a los nuevos ciclistas, a los de esta época, seis décadas después de ustedes?
RC.- “A los jóvenes de ahora que se están iniciando en este difícil y completo deporte del calapie, que tengan oficio, que hoy día hay más tecnología para ser mejores que nosotros, recuerden que el que va a servir lo hace desde el comienzo, que le hagan caso a su entrenador si lo tienen, y que no sean flojos que se den con todo en los entrenamientos para que sean buenos competidores y logren triunfar en este difícil pero emocionante deporte.”
Ramón Carucci cada mañana lo podemos ver por los alrededores de la plaza Bolívar de Acarigua, este viejo golpeado por la vida pero orgulloso de su pasado, un pasado glorioso, donde dejo sembrado su nombre en los corazones de todos los amantes de este apasionante deporte de la biela y el tubular, Carucci será por siglo ejemplo de multitudes, porque lo dio todo a cambio de nada, solo llevar muy en alto los colores de su estado, el que lo vio nacer y le rendirá tributo el día que nos deje, pero esperando que nuestro creador le de muchos años más a este especialista y aguerrido ciclista turenense.

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