jueves, 26 de abril de 2012


Barrio San Antonio sigue creciendo armoniosamente

Mario Manzanares
La ciudad de Acarigua en su incremento sostenido desde su fundación ha crecido a lo largo y ancho de su territorio, Para finales de 1968 aún mantenía sus ya conocidas rejas, la de Guanare, Paraguay, San Carlos y Chirere. Unos años después estas desaparecerían y darían paso  barriadas que se constituirían en el mismo lugar y algunas cambiaron nombre otras se mantendrían igual.
Fue así como la Reja de Chirere partió en dos, una se convierte en el barrio Andrés Bello y la otra en Villa Pastora. Estos dos barrios abrieron paso cada cual por el suyo y se comenzaron a desarrollar, buscando para sus sectores cubrir con las necesidades para esas épocas muy diferentes a la de Acarigua del presente.
Al margen noreste de la ciudad Villa Pastora tiene un margen de tierra que servía algunas fincas ubicadas en esa montaña como tierra de pastoreo, sector conocido como Durigua al margen de la quebrada del mismo nombre.
Para 1968 aproximadamente unas diecisiete familias carente de una casa donde vivir y desarrollarse deciden abordar ese lote de tierra, una aventura que daría su fruto y se consagraría con el paso del tiempo en el Barrio San Antonio, nombre que fue colocado gracias a que para la fecha de su invasión se celebraba la fecha de este santo.
Un grupo de guerreras encabezada por doña Ramona Márquez de Marcano, quien se regio como líder del grupo al lado de sus pequeños hijos y quien a la postre fue una de sus fundadores lucho a brazo partido con sus coterráneos por las reivindicaciones de esta barriada ya constituida y registrada en el concejo municipal de Páez.
No contaba con ningún servicio, el agua se conseguía en una pluma pública que estaba en Villa Pastora, allí se iba con tobo en busca del preciado líquido. La barriada eran solo callejones de tierra sin aceras. Seguían llegando familias de otros sectores sin casas y se iban ubicando en este sector, allí están entre otras los Guarecuco, los Parras, los Marcano, entre otros.
La incipiente democracia que se erguía en el país, aún con muchas fallas no daba abasto para tantos barrios y tantos problemas en ellos. Casas de barro y bahareque pululaban en Acarigua de los años 60. Pero nacía con el crecimiento desmesurado de la ciudad una nueva estirpe de personas que con coraje y valentía buscarían mejoras para el colectivo aquellas soluciones que la gente pedía a grito y solicitaba ser atendido y escuchado.
Para el año de 1972 la lucha de estas familias dio sus primeros frutos, los dirigentes sociales encabezado por esa mujer luchadora y emprendedora, doña Ramona logran que por fin los atiendan y es el Concejo Municipal primero y luego el gobierno regional que presidia el incansable y ya desaparecido ingeniero Juan Pedro del Moral, un gran gobernador para una ciudad en crecimiento y conocido como el arquitecto de la Acarigua modernista.
Llegan los primeros metros de cloacas, agua y luz. San Antonio de Padua comienza a darse sentir como barriada. Para esa misma época comienza la construcción de lo seria años más tarde la zona industrial de Acarigua. También comenzó a funcionar una carretera de piedra que conducía a las pesadas cargas de caña al central azucarero Portuguesa, ese gigantesco ingenio azucarero, bastión y sustento de muchos lugareños. Esta unos años después se convertiría en la majestuosa avenida “Ramón Ramírez” o avenida Circunvalación este.
Unos años más tarde por 1978, seguiría creciendo la barriada y más metros de cloacas llegarían al igual que más aceras y aparece el primer asfalto para unas de s principales calles. El sueño de crecer en armonía y con todos los servicios era necesario que se pensara también en la educación de los hijos de estos fundadores, Doña Ramona y otro grupo de madre de familia alquilan una casa ya con el permiso del Ministerio de Educación, nace la escuela Concentrada San Antonio, en honor al santo de los enamorado y de la prosperidad. Esta humilde escuela comienza sus actividades con solo tres grados de educación primaria, eran los primeros pasos.
No fue hasta 1982 cuando se cumpliría el gran sueño de Doña Ramona y las otras luchadoras sociales, se inauguraría la escuela Nacional donde hoy actualmente funciona. Dicho sea de paso esta institución fue edificada por los hijos de las familias fundadoras del barrio y del trabajo de la comunidad.
Hoy día la comunidad de San Antonio cuenta con calles asfaltadas, una cancha deportiva de usos múltiples, y dividen con Villa Pastora la cancha de futbol “Rosario Arjona Carrillo”, recientemente  fueron reasfaltadas algunas calles y avenidas que están en muy malas condiciones por la administración del alcalde Efrén Pérez. San Antonio sigue creciendo armoniosamente .

sábado, 21 de abril de 2012


Discurso de orden  en la alcaldía de Guanare con motivo del
Día del Reportero Gráfico
68 aniversarios del CRGV
El Reportero Gráfico Mario Manzanares orador de orden
en sesión especial en Guanare
Por Mario Manzanares
Transcurridos 27 años de aquel día que llegue a Ultima Hora, recién graduado de bachiller, no llegue como reportero gráfico, mi vida con esta maravillosa profesión nació unos meses después de mi llegada al primer diario de Portuguesa.
Comencé como jefe de depósito y allí en una vieja caja estaba una cámara Minolta SRT100, la que empecé a llevarme los fines de semana a escondido para practicar y aprender, gracias a los sabios consejos del viejo laboratorista Don Álvaro Acosta, quien me daba rollos y buenas lecciones de cómo hacer las tomas fotográficas.
Unos meses después llegue a la sala de Redacción promovido como jefe de archivo fotográfico, aún más cerca con lo que sería mi destino, que no era otro que convertirme en fotógrafo.
Mis primeras fotografías fueron realizadas en planta y un buen día el Sr. Ruvico Ramírez editor de Ultima Hora me da la oportunidad de pasar del archivo fotográfico a reportero gráfico del diario, según él veía en mi cualidades para el trabajo, y hoy quiero decirles que el señor Ramírez no se equivocó.
Mi periplo como fotógrafo comienza al lado de grandes reporteros gráficos en tamaño y calidad, y sí que lo eran, conocen a Miguel Dinapoi casi dos metros de estatura, el fallecido German Báez más alto que el primero, Josué Campos una leyenda viviente del reporterismo gráfico, Jaime Torres, Armando Ibarra, ellos fueron algunos con los que compartí el cuarto oscuro o laboratorio y por supuesto algo aprendí de todos ellos.
De la fotografía analógica me quedaron muchas camisas manchadas con revelador de papel y la nostalgia de ver aparecer las imágenes en el papel, la primera vez que copie una fotografía no lo podía creer y que emocionado me sentí ese día.
Unos años más tarde hice mi entrega de recaudos al secretario general del Círculo de Reporteros Gráficos de Portuguesa Miguel Dinapoli, para mi futuro ingreso a este gremio, al que hoy orgullosamente soy su Secretario General de Portuguesa desde el año 2005.
El reporterismo gráfico es un trabajo catalogado de alta peligrosidad y muy mal pagado en toda Venezuela, no contamos con una verdadera seguridad social para aquellos colegas que con la vejez esa que no perdona, tienen que colgar la cámara y quedar a la deriva de la ayuda de algún gobernante amigo.
Ser reportero gráfico, no es solamente subir la cámara, enfocar y disparar, no. El reportero gráfico debe ir más allá, es la mano derecha y algunas veces hasta la izquierda del periodista, están juntos algunas veces más que con su propia familia. Nuestro trabajo nos obliga a ser curioso, observador, detallista y sobre todo nos tiene que gustar lo que hacemos y hacerlo bien, con humildad y mucho profesionalismo.
Durante mi carrera como reportero gráfico he vivido muchas emociones y unas tantas tristezas, de las cuales no me voy a referir en estos momentos. A veces tenemos que ser más humanos que reporteros, se debe dejar la cámara a un lado cuando así lo requiere algún hecho, para ayudar a alguien que lo requiera, que lo necesite, aunque por ello pierdas la foto de tu vida, pero seguro estoy que ganaras la bendición de algún Ángel y de Dios.
Cuando en 1826 los colegas Nipce y Daguerre comenzaron a descubrir este apasionante trabajo, cuando ellos lograron captar una imagen con sus pesadas cajas negras, jamás se imaginaron que lo que habían descubierto sería el más bello regalo que ellos legaban a la humanidad. ¿Quién en este planeta en su casa u oficina no tiene una fotografía? Me pregunto.
Ciento ochenta y seis años después y con el avance tecnológico y la llegada de la cámara digital, hasta un niño puede hacer una toma fotográfica, es tan fácil hoy día capturar una imagen, que aquellos que antes no se atrevían, hoy   lo hacen y con gran facilidad. Nuestros antecesores sufrieron con esas pesadas cajas negras, pero seguro estoy que ese esfuerzo valió la pena; aquí estamos hoy gracias a la pericia de esos señores que lo dieron todo por hacer de la fotografía el hobby más caro y universal del planeta.
Gracias a los reporteros gráficos de Portuguesa que nacieron como gremio un catorce de marzo de 1980, hace ya  treinta y dos años, cuando los doce del patíbulo (como los llamo yo), Miguel Dinapoli, Josué Campos, Víctor Morales, Hernán “chino” Rivero, Klaus Oprescko, Armando Ibarra, Peter Escobar, Jaime Vargas, Luis Felipe escalona, Vicenzo Dinapoli y William Lugo, Cuando ellos entregaron la solicitud en el Secretariado Nacional que se realizaba en San Cristóbal y el día en que Portuguesa fue admitida como seccional, este estado ganó, ya que nació un gremio que ayudaría a darle el impulso a este pujante terruño agrícola con sus trabajos publicados en el primer Diario de Portuguesa Ultima Hora y otros periódicos nacionales. En los últimos veinticinco años esta seccional estuvo en la manos de colega Dinapoli, a quien e debemos agradecer todos los que estamos aquí, el hecho de hoy ser miembro activo de esta seccional, él y su directiva entrante lucharon por lograr esta seccional y lo consiguieron. Gracias Miguel.
Si bien es cierto que estuvo estancada nuestra seccional, el tiempo me dio la razón, esa misma razón que tuvo Dinapoli; a los colegas solo se les ve la cara y me duele decirlo, (Salvo algunas excepciones) solamente cuando se acerca la fecha para entrega de premios regionales y municipales de reporterismo, después de eso como acto de magia desaparecen nuevamente y no le paran a las asambleas y la toma de decisiones siempre se hace con los pocos que llegan.
Hoy no es diferente, ni los colegas de antes ni los de ahora, (muy pocos como dije antes) acuden a los llamados, pero sí están presto a criticar con saña lo que se hace y lo que dejamos de hacer.
La vida es una buena fotografía y una buena fotografía puede decir más que mil palabras, esas que quisiera yo en este discurso decir, pero basta lograr una buena imagen y cuando lo hacemos queremos que todos la vean, así ha sido nuestra gestión, queremos que la vean y la recuerden; pero cunado fallamos en dar lo que queríamos ofrecer no hallamos donde meternos, todos nos caen encima, es así como se concibe un buen reportero gráfico, aquel que siempre lucha por tener mil palabras en una imagen, eso es la esencia misma del reportero gráfico.
A lo largo de mi carrera, esta que la vida me dio para sustentar a mi familia, la que me ha dado muchas alegrías, he ganado premios, he dictado cursos, talleres a profesionales de postgrado, viajado a encuentros nacionales, de cultura, en fin le debo a esta profesión parte de mi vida y a ella le estoy y estaré siempre agradecida.
Quisiera agradecer a los colegas portugueseños por haberme escogido a mi, para que fuera quien estuviera en este estrado frente a ustedes disertando en este nuestro día. A los apreciados concejales de esta cámara edilicia que aprobaron esta sesión especial en este cabildo, y a todos los amigos y colegas que están en esta sala escuchando estas palabras.
Palabras sinceras que salen de mi corazón. Agradecerle a Javier Cantillo el enorme esfuerzo que hace por mantener la unión del gremio, a los Hurtados que son los nuevos pininos del gremio que junto a Eliecer Díaz que batallaron y hoy son miembros activos de esta seccional. Al guía y amigo de todos nosotros, periodista Víctor Duran.
Para despedirme de esta tribuna y de la Secretaria General a la que serví por seis años de los que me siento orgulloso, junto a mi compis Rafael pepe Roldán, no decaímos y luchamos por unir nuestro gremio, en parte lo logramos. Me voy contento y con la frente en alto por el deber cumplido. Solo le pido a Dios me siga dando fuerza para emprender nuevos retos que seguro estoy contare con el apoyo irrestricto  de muchos de ustedes.
A los nuevos directivos que lleguen, decirle que no están solo, aquí siempre estaremos nosotros para apoyarlos y tenderle una mano, no hacer lo que hicieron con nosotros, estén tranquilos que éste que está aquí, cuando sea llamado ahí estará.
Gracias apreciados colegas, a mi compañera sentimental Aleida Asuaje, a mi hermano y colega Francisco Manzanares y de quien estoy seguro será un gran reportero gráfico mi hijo Jonathan Manzanares. Ustedes son y serán mi bastón donde me apoyare para seguir adelante en metas futuras.
Feliz día del reportero gráfico, gracias por escucharme.
Buenos dias

Rigoberto Hernández  fotógrafo y arbitro portugueseño
Mario Manzanares
Cuando aún se observaban cámaras tamaño 6X6, las pesadas Leicas y comenzaban a salir las primeras cámaras de 35 mm, ya Rigoberto Hernández andaba calle abajo y calle abajo ofreciendo su trabajo como fotógrafo experto, trabajo que desempeñaba con mucho profesionalismo.
El oficio lo aprendió de un fotógrafo colombiano que le vio interés y le enseño el oficio. En Acarigua no existían muchos profesionales en este campo, eran contados, Jiménez, Campos, William Lugo, Jaime Vargas y otros pocos que conocían el arte de retratar.
Rigoberto empezó con una cámara prestada a ofrecer fotos 8X10 tamaño de una hoja de papel y a blanco y negro, todavía la maravilla del color no se conocía en Venezuela, la fotos eran muy apreciadas por los solicitante, eran verdaderos recuerdos de eventos para toda la vida.
Cuando cayó la competencia en el trabajo fotográfico Hernández decidió abrir paso y comenzó hacer cualquier tipo de trabajo, lo importante es trabajar, siempre repetía la misma frase. Fue plomero, ayudante de albañilería, zapatero, sastre y por ultimo arbitro de beisbol y softbol.
Con este último desempeño el de árbitro deportivo se dio a conocer por su don de gente y su carácter apacible a la hora de sentenciar jugadas y aguantar a los jugadores y manager que discutían sus apreciaciones, los cuales siempre resolvía con una sonrisa en los labios, convenciendo hasta al más pintao. Trabajó en la liga Popular de Softbol, en la Liga de Araure, con Lucena y en la liga Araurigua hoy Fundación, siempre haciendo un buen trabajo, pasando desapercibido en cada encuentro.
Al retirarse por cuestiones de edad y tiempo el cual le sobraba ya que como muchos venezolanos a Hernández por no tener un trabajo fijo quedo fuera de la seguridad social del país y nunca tenía un sueldo de que vivir, ni pensión y mucho menos seguro social. Ya entrado de edad tuvo un nuevo rol como trabajador, uno de los más antiguos del mundo el de guachimán, hombre que cuida bienes ajenos. En esto se ganaba la vida el buen Rigoberto, dando su mejor esfuerzo para cuidar una empresa y ganarse el sustento de él y su familia.
Cada mañana llegaba a golpe de ocho a la plazoleta de la alcaldía de Páez, allí se reunía con sus compinches de siempre el buen Pastor Canelón y ….., conversaban, leían el periódico y se saboreaban un buen café negro de esos que venden los que deambulan por las calles. Luego de eso se iban a caminar, todos los días con rumbo diferente, otras veces se iba con Canelón a hacer cualquier arreglo de fontanería, trabajo que realizaban con el mejor de los esmeros y cualquier tigre que saliera ellos estaba dispuesto a realizarlo.
De fotografía y de fotógrafos hablaba conmigo, personas que yo nunca conocí el me los nombraba y me echaba cuentos de ellos, conoció a mucha gente a los que retrato, recuerden que en la época que el ejerció la fotografía lo que estaba de moda era el retrato. Así pasábamos hora y varios café degustábamos conversando del arte de la fotografía.
En este año ya sean ido dos asiduos visitantes de este sector, la plazoleta Francisco de Miranda, su nombre original o plazoleta de los flojos, nombre popular puesto por los que a diario se reúnen allí para pasar el rato con sus amigos. Dije que han sido dos los que se nos han ido pues sí, el primero este año fue el gran amigo Alberto Aranguren y ahora el amigo Rigoberto, que se marcha sin decirnos que fue lo que realmente paso en esa escaramuza que le jugo la muerte y los maleantes. Se fue Rigoberto y ya este hombre de bien que no se metía con nadie no volverá a su rutina diaria, ya el buen Pastor no tendrá más a su eterno acompañante, el hombre con que conversaba a diario, el amigo.
A los familiares de Rigoberto Hernández, resignación y mucha paz para vivir con el pesar de la muerte de un familiar, aunque todos vamos por el mismo sendero, pero todos queremos fallecer cuando el tiempo en esta vida este vencido y no por las manos de delincuentes, de esos que hoy día abundan en nuestra querida Venezuela, gracias a que en este país se perdió el respeto por lo ajeno, el respeto a los mayores, el respeto a las leyes, si este país se descompuso y gracias a ello mucha personas inocentes, trabajadoras, amas de casa, empresarios, estudiantes, políticos han caído asesinados por inescrupulosos que se adueñaron de nuestra querida patria. Esperamos que los culpables caigan y sean castigados con todo el peso de la ley. Rigoberto descansa en paz.

Alberto Aranguren  un larense que echó raíces en Acarigua

                                                                   Mario Manzanares
El dirigente del béisbol Alberto Aranguren
Cuando el beisbol vivía su mejor momento en Portuguesa por allá en los 60, llega a Acarigua un hombre bajito con una discapacidad en ambos brazos, impedimento este que no lo afectaba para convertirse con el paso del tiempo en uno de los mejores dirigentes del beisbol de Portuguesa.
Así era Alberto Aranguren, si ese hombre de poco hablar pero de gran convicción a la hora de pelear por lo que él consideraba justo, esa pelea para ganar juegos, para discutir estrategias en pro del deporte del diamante hicieron de Aranguren el dirigente que necesitaba el beisbol de las gemelas para seguir creciendo.
Con su pequeño establecimiento de venta de artículos deportivos “Aranguren Sport, ubicado justo donde hoy día esta “chicha Félix”, en una humilde casa atendía su extensa clientela sobre todo en el deporte del beisbol. Desde un par de guantines hasta lo más sofisticado en el mundo de la pelota.
Fue dirigente al lado de otros grandes amantes de este popular deporte de los venezolanos, dándose a conocer en el viejo estadio “Roseliano Pérez” y precisamente fue este personaje quien lo llevo a la dirigencia beisbolistica.
Un día escuche hablando Aranguren, él decía que cuando llego a Acarigua no venía con la mente puesta en ser un dirigente deportivo pero las condiciones estaban dadas para luchar con los equipos y peloteros por mejoras en los campos deportivos y por la creación de la asociación de este deporte que junto a Roseliano Pérez y otros connotados dirigentes se vieron trabajando por el desarrollo de este pasatiempo.
En la década de los ochenta dio el gran salto de la Asociación de Beisbol de Portuguesa a la Federación de este deporte en Venezuela al lado de Edwin Zerpa para ese entonces presidente del máximo rector del beisbol en Venezuela. Allí Aranguren, desarrollo un trabajo que le valió estar por varios años en la dirigencia nacional, siendo delegado en infinidades de competencia nacionales e internacionales.
Unos años después llegaría a la presidencia de la Federación el portugueseño Nelson Campos, un araureño que dirigió los destinos del deporte del beisbol en Venezuela y conto con la colaboración de este pequeño hombre de estatura pero sabio en conocimientos beisbolisticos.
Ya con el trabajo de la FVB, ya Alberto Aranguren no se veía tanto en su tienda deportiva. Unos años después venderían el lugar y se levantó el edificio del actual Hotel San Cono Swift, lugar donde antes estaba la agencia de lotería San Cono del popular Jairo Guedez. Se fue con sus corotos como dijera un acarigueño, a otro sitio y se instaló en su residencia ubicada en la Goajira muy cerca del mercado popular hasta que cerró definitivamente.
Ya retirado de toda actividad dirigencial, iba al estadio Juan del cerro Tovar en Araure a saludar a viejos conocidos y a conocer a nuevas estrellas que se venían desarrollando en este popular estadio remozado por demás.
Cada mañana en sus últimos años de vida Aranguren era una fija en el cafetín ubicado al lado de la alcaldía de Páez, allí con periódico en mano que degustaba en una sentada esperaba con ansia a sus amigos para conversar, entre los que contaba el periodista Benjamín Parada Herrera, quien dicho sea de paso se lo llevaba en su carro para distraerlo y algunas veces a disfrutar de la pecaminosa bebida escocesa  la que Aranguren disfrutaba cargando con su dificultad pero que disfrutaba, su vaso con mucho hielo. Igualmente otros amigos comunes entre los que me contaba, allí siempre hablamos de beisbol, de los peloteros de ayer y las nuevas estrellas que se vislumbraban en los diferentes campos donde se juega el deporte más popular de Venezuela.
Ya en sus últimos días logramos conversar muy poco el viernes antes de su fatal accidente cardiovascular, allí en el sitio de encuentro el cafetín, me dijo con tristeza el domingo me voy a Caracas, tengo un nieto que van a operar y quiero estar cerca del niño y de los hijos, para eso son los abuelos. Nos despedimos y el lunes en horas de la tarde conocí la infausta noticia de su desaparición física a su llegada a la capital de la Republica, un ataque al corazón le sobrevino la muerte, esa que no dice cuándo va a venir, al menos para uno prepararse . No ella se llevó a un Alberto Aranguren que aún con su edad podía dar mucho más por el deporte que lo dio a conocer, el beisbol. Pero así es la vida, uno sabe cuándo nace pero nunca cuando muere.
Los restos de este gran dirigente y conocedor del beisbol fueron sepultados en su lar nativo, en el estado Lara, muy pocos amigos portugueseños pudimos acompañarlo a su última morada, pero dentro en lo más profundo de los corazones de los que lo conocimos estoy seguro que lanzaron una oración por el eterno descanso de su alma, Alberto Aranguren descansa en Paz, que aquí en Portuguesa tu sabia crecerá y serás recordado por lo tanto que hiciste por el deporte que tu llevabas en la sangre, el Beisbol.


jueves, 12 de abril de 2012


Agapito Juárez, con nombre de gobernante
Agapito Juárez, personaje popular de Acarigua
 Mario Manzanares
Venido de otras tierras pero se arraigo en Acarigua, siendo muy pequeño llegó con su familia para sembrarse en estos lares, y para ello  se ubicaron por los lados de la escuela Ciudad Acarigua, en el  barrio Bella Vista I.

Es un hombre que desde temprana edad salio a buscar la vida, ya establecido en Acarigua se dedica al trabajo de campo y la albañilería, así era gran trabajador y buen hombre, Agapito Juárez.

Si, ese humilde mancebo que hasta hace algunos años deambulaba por las calles de Acarigua, hablando solo a veces y de muy buenos modales, caballeroso y buena gente, de un tiempo para acá se desapareció, no sabemos si la vida se lo llevo o si su familia lo recogió.

Lo que si podemos decirles es que Agapito Juárez, se lanzaba cada mañana su discurso con su voz ronca, casi no se le entendía lo que decía como todo un gobernante, allí en la Plazoleta de los “flojos” como suelen llamar este sitio aquellos que pasan pero no se sientan para que no les digan que están matando el ocio allí. Lo cierto es que esta plazoleta se llama Francisco de Miranda, ya que es una plaza de banderas.

Al frente del cafetín Agapito, con su cháchara decía lo que sentía, el dolor que le daba según él, lo demacrado que Acarigua estaba. No le importo haber sufrido una ACV que lo dejo con sus pasos recortados y su caminar apuradito. Pero esta situación no le quito el ánimo y las ganas de seguir luchando por él y su gente. Él seguía cada mañana llevando sus parabienes a la gente que lo miraba pero no lo escuchaba.

Agapito Juárez es y será por los siglos uno de esos personajes pictóricos que deambulan por las calles de esta generosa ciudad, donde los acarigueños le tendían la mano, esa mano amiga que siempre ha caracterizado a los que habitan en esta villa.

Lo que si es cierto es que hace falta ver y escuchar sus afanados discurso, protestando por su ciudad, siendo el gobernante que nunca fue y prometiendo salvar y hacer más grande esta metrópoli. Agapito, su caminar apuradito y su voz ronca hará falta cada mañana en la plazoleta Francisco de Miranda para que con su perorata diga las verdades que solo las personas cuerdas dicen.

José Epifanio Escorche, Boletica

Mario Manzanares

Los amigos Omar Salas y amena conversa con el
 Stto, José Epifanio Escorche "Boletica"
Este buen hombre comienza a laborar en la inspectoría de transito en la década de los años 50 cuando Acarigua solo contaba con pocos automóviles rodando por sus calles, eran solo cuatro hombres encargados de hacer cumplir las leyes de transito. Fueron muchos los sin sabores que este buen samaritano logro tener en esta difícil profesión, pero siguió adelante y con el transcurrir del tiempo sus peleas por hacer cumplir las normas se lograron y José Epifanio Escorche pudo dormir tranquilo.

Ya para la década de los sesenta después de haber cumplido un castigo por no dejarse embaucar por otros compañeros lo trasladaron hasta el oriente del país y luego por su buena conducta lo envían al estado Carabobo, allí para suerte de él el jefe de la Brigada de Transito era un viejo conocido de él, el comandante Bonilla quien en ese momento había recibido el cambio para el estado Portuguesa y se trajo nuevamente a Escorche a su ciudad de toda la vida Acarigua, ya para ese entonces era cabo primero un rango privilegiado para la época donde existían tan pocos vigilantes de transito.
En Acarigua boletica impone la ley y su fama recorrió todo el país, como un funcionario ejemplar. Logro que la unidad de transito Portuguesa tuviera una patrulla un viejo Dart que le dono la gobernación del estado pero sin motor ni cauchos, pero gracias  a la colaboración de comerciantes y amigos la puso a rodar, esto le dio la oportunidad de convertirse en sargento por recomendación de los grandes jerarcas políticos que observaron en Escorche un hombre pulcro y honesto.
Con esta patrulla viaja hasta Caracas donde es objeto por la Dirección Nacional de elogios que recibió con la humildad que lo caracterizaba, hombre decente y de muy buenos modales.
Epitafio Escorche o simplemente boletica como sus coterráneos le decían, si no se le arrugaba la frente a la hora de boletear a un infractor. Me contó el propio Escorche que un día tubo la fortuna de para a un conductor que venia ebrio, para su suerte era un Juez Superior que ni el cargo lo salvo de una boleta y una retención de su vehiculo, haciéndolo él que lo llevaran a su casa pagando de su bolsillo el libre. Al día siguiente ninguno de sus compañeros se atrevían a darle la cara al Juez cuando fu por su carro y pidió que le buscaran al vigilante que lo había detenido, todos pensaron en ese momento que era para reprimirlo, pero para asombros de todos los presente y el propio comandante, cuando el Juez vio a escorche este lo abrazo dándole las gracias por lo que había hecho, regresándole la plata del libre y de paso pagando la multa impuesta por el entonces sargento Escorche. Unos mese después el propio Juez lo recomendó para un ascenso y otras condecoraciones.
Hablar de este popular personaje es hablar de la historia misma de la Unidad de Transito y Transporte Terrestre de Portuguesa, ya que él representaba con dignidad su profesión, esa que le dio la fama de un hombre indoblegable, cosa que hacia y siempre decía que lo mejor es lo que sucede, y el que se topaba con él siendo infractor no lo salvaba nadie, tenia su boleta segura, fuese quien fuese.
De incontables amigos y enemigos fortuitos, esos que él castigaba por ser infractores, siempre fue respetado por lo que hizo pegado invariablemente a la ley, a la que respeto y llevo constantemente muy en alto, logrando muchos beneficios colectivos por el bien de su unidad.
Aparte de su trabajo Boletica era un hombre conversador, amante del fútbol y fanático número uno del desaparecido Club Deportivo Baraure, allí compartió grandes triunfos con sus amigos, hasta acompañaba a la oncena a donde fuera a jugar. También ya en su decadencia y disfrutando de su merecida jubilación se acercaba hasta la alcaldía de Páez y junto al viejo Omar Salas entablaban largas conversas de horas y así con cualquier conocido en los bancos de la plaza Bolívar, personas se acercaban para preguntarle como era la Acarigua que él patrullo, y siempre decía era mucho más tranquila que en la que hoy habitamos.
Hoy José Boletica Escorche no esta con nosotros, se marcho una tarde veraniega, cuando el sol le pegaba en la frente en esas alcabalas móviles que montaba para solicitar papeles y licencias, ese mismo sol que muchas tarde lo vieron sudar, se lo llevo. Ya para la época de su frenética partida Escorche padecía de una enfermedad que lo fue mermando poco a poco,  lo fue llevando  a un final eterno, al lado de su apreciada esposa espero la llegada de su expiración, allí estaban sus hijos a los que siempre aconsejo.
En Altamira su ultima morada lo vio expirar, las calles que siempre vigilo esa tarde silenciaron la penosa perdida de unos de los grandes exponentes de las leyes, terminaba de fallecer el Sargento Mayor Retirado José Epifanio Escorche, que muchos conocimos como “el Sargento Boletica”.  Paz a sus restos.