Barrio San Antonio sigue creciendo armoniosamente
Mario Manzanares
La ciudad de Acarigua en su
incremento sostenido desde su fundación ha crecido a lo largo y ancho de su
territorio, Para finales de 1968 aún mantenía sus ya conocidas rejas, la de
Guanare, Paraguay, San Carlos y Chirere. Unos años después estas desaparecerían
y darían paso barriadas que se
constituirían en el mismo lugar y algunas cambiaron nombre otras se mantendrían
igual.
Fue así como la Reja de
Chirere partió en dos, una se convierte en el barrio Andrés Bello y la otra en
Villa Pastora. Estos dos barrios abrieron paso cada cual por el suyo y se
comenzaron a desarrollar, buscando para sus sectores cubrir con las necesidades
para esas épocas muy diferentes a la de Acarigua del presente.
Al margen noreste de la
ciudad Villa Pastora tiene un margen de tierra que servía algunas fincas
ubicadas en esa montaña como tierra de pastoreo, sector conocido como Durigua
al margen de la quebrada del mismo nombre.
Para 1968 aproximadamente
unas diecisiete familias carente de una casa donde vivir y desarrollarse
deciden abordar ese lote de tierra, una aventura que daría su fruto y se
consagraría con el paso del tiempo en el Barrio San Antonio, nombre que fue
colocado gracias a que para la fecha de su invasión se celebraba la fecha de
este santo.
Un grupo de guerreras encabezada
por doña Ramona Márquez de Marcano, quien se regio como líder del grupo al lado
de sus pequeños hijos y quien a la postre fue una de sus fundadores lucho a
brazo partido con sus coterráneos por las reivindicaciones de esta barriada ya
constituida y registrada en el concejo municipal de Páez.
No contaba con ningún
servicio, el agua se conseguía en una pluma pública que estaba en Villa
Pastora, allí se iba con tobo en busca del preciado líquido. La barriada eran
solo callejones de tierra sin aceras. Seguían llegando familias de otros
sectores sin casas y se iban ubicando en este sector, allí están entre otras
los Guarecuco, los Parras, los Marcano, entre otros.
La incipiente democracia que
se erguía en el país, aún con muchas fallas no daba abasto para tantos barrios
y tantos problemas en ellos. Casas de barro y bahareque pululaban en Acarigua
de los años 60. Pero nacía con el crecimiento desmesurado de la ciudad una
nueva estirpe de personas que con coraje y valentía buscarían mejoras para el
colectivo aquellas soluciones que la gente pedía a grito y solicitaba ser
atendido y escuchado.
Para el año de 1972 la lucha
de estas familias dio sus primeros frutos, los dirigentes sociales encabezado
por esa mujer luchadora y emprendedora, doña Ramona logran que por fin los
atiendan y es el Concejo Municipal primero y luego el gobierno regional que
presidia el incansable y ya desaparecido ingeniero Juan Pedro del Moral, un
gran gobernador para una ciudad en crecimiento y conocido como el arquitecto de
la Acarigua modernista.
Llegan los primeros metros
de cloacas, agua y luz. San Antonio de Padua comienza a darse sentir como
barriada. Para esa misma época comienza la construcción de lo seria años más
tarde la zona industrial de Acarigua. También comenzó a funcionar una carretera
de piedra que conducía a las pesadas cargas de caña al central azucarero
Portuguesa, ese gigantesco ingenio azucarero, bastión y sustento de muchos
lugareños. Esta unos años después se convertiría en la majestuosa avenida
“Ramón Ramírez” o avenida Circunvalación este.
Unos años más tarde por
1978, seguiría creciendo la barriada y más metros de cloacas llegarían al igual
que más aceras y aparece el primer asfalto para unas de s principales calles.
El sueño de crecer en armonía y con todos los servicios era necesario que se
pensara también en la educación de los hijos de estos fundadores, Doña Ramona y
otro grupo de madre de familia alquilan una casa ya con el permiso del
Ministerio de Educación, nace la escuela Concentrada San Antonio, en honor al
santo de los enamorado y de la prosperidad. Esta humilde escuela comienza sus
actividades con solo tres grados de educación primaria, eran los primeros
pasos.
No fue hasta 1982 cuando se
cumpliría el gran sueño de Doña Ramona y las otras luchadoras sociales, se
inauguraría la escuela Nacional donde hoy actualmente funciona. Dicho sea de
paso esta institución fue edificada por los hijos de las familias fundadoras
del barrio y del trabajo de la comunidad.
Hoy día la comunidad de San
Antonio cuenta con calles asfaltadas, una cancha deportiva de usos múltiples, y
dividen con Villa Pastora la cancha de futbol “Rosario Arjona Carrillo”,
recientemente fueron reasfaltadas
algunas calles y avenidas que están en muy malas condiciones por la
administración del alcalde Efrén Pérez. San Antonio sigue creciendo
armoniosamente .
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