El
“Rauco” Adán Quintero un gran estilista del
ring y de la política
Por Mario Manzanares Parra
Adan Quintero |
Su infancia en el barrio La Arenosa,
lugar donde habito en la calle 15 de esa comunidad en una humilde vivienda y
familia, al lado de su madre Crescencia Quintero y su tío quien asumió su
crianza desde muy niño Guillermo Quintero. Prácticamente fue su padre adoptivo,
a quien Adán llama papa Guillermo.
Sus hermanos José Quintero y Milagro ya
fallecida. Su infancia fue de Guanare a La Veguita, en Sabaneta de Barinas,
acompañando a su tío y aprendiendo de la vida.
Estudio en la escuela José María Vargas,
logrando buenas calificaciones en cada grado y de vez en cuando una peleíta,
dándose paso a lo que sería su juventud y su deporte del futuro, el boxeo.
El bachillerato lo
culmino con éxito en dos partes la primera asta tercer año en el Centenario liceo
José Vicente de Unda, pasando luego a la Escuela Técnica Comercial de Guanare,
logrando el título de Técnico Medio Mercantil.
Luego pasaría a
Barquisimeto y ya se había iniciado en su pasión, el deporte de la nariz chata,
el boxeo en 1966, no sin antes haber probado la colchoneta en la lucha olímpica,
deporte que no fue de su arado, ya que le gustaba boxeo.
Comenzó a hacer cursos de
especialización en INCE, alternado con sus estudios de entrenador deportivo con
el profesor Pedro Cunha, uno de los entrenadores más grandes de América Latina,
tenía que viajar de donde trabajaba a
Caracas, hasta que un buen día lo fueron a buscar; el gobernador de Portuguesa
para esa época Waldemar Cordero Vale envía al director de deporte el señor Fernández
y Víctor Angulo, quien ayudo toda la vida al rauco Quintero. Este gran amigo de
Adán era secretario general del PCV.
Regreso a Guanare, dice Quintero que eso
fue a principio de 1969, iniciando su carrera como entrenador deportivo en la
capital de Portuguesa, y un 15 de marzo lo enviaron a la ciudad de Acarigua,
iniciando la década de 1970.
El gordo Adán hoy día, en aquel entonces
joven y esbelto, la ciudad crecía vertiginosamente, recuerda el Quintero, fija
su mirada en el techo del CNP, lugar de esta entrevista, y refuta, que ese día
llegó al gimnasio “Wilbaldo Zabaleta”, donde dejo parte de su juventud y sigue regalando
su vejez en el mismo lugar que llego hace casi cinco décadas y contando. Allí
trabaja con jóvenes de todas las eda
des en boxeo, logrando una gran camada de buenos boxeadores, dice con orgullo, me ancle aquí definitivamente cuando conocí a la que luego sería mi esposa, ya con cuatro hijos, todos profesionales, también con dos hijos extramatrimonial den Lara, uno es mecánico latonero y la dama es enfermera.
des en boxeo, logrando una gran camada de buenos boxeadores, dice con orgullo, me ancle aquí definitivamente cuando conocí a la que luego sería mi esposa, ya con cuatro hijos, todos profesionales, también con dos hijos extramatrimonial den Lara, uno es mecánico latonero y la dama es enfermera.
Ya los golpes de la vida le habían
enseñado y dado muchas experiencias, en el boxeo aprendió de esos porrazos,
unos bien colocados y otros con felonía. Del boxeo dice sentirse agradecido por
todas las alegrías y tristezas también que le ha dado.
Fue un boxeador respetable, que se dio
cuenta el momento justo para colgar los guantes y comenzar una nueva carrera, y
escogió la que mejor conocía, la de entrenador de boxeo.
Se inicia en la dirigencia deportiva,
como vocal en la Liga de boxeo que presidia Julián Seguerì, quien era un
trabajador del IND, Fue escalando posiciones y lora la Secretaria general de la
Liga y luego pasaría a ser miembro de la
Asociación de Boxeo, hasta que logro la Presidencia de Aso boxeo Portuguesa,
donde se convirtió en un dictador de la dirigencia boxística, logrando
conquistar muchos lauros para los colores del estado, todo un trabajador sin lugar
a dudas.
También esquivando golpes y acertados derechazos,
incursiona en la política, luego de salir del PCV donde milito toda su juventud; se unió al
“Indio” José Candelario Cassu, ex secretario general de COPEI, ya desaparecido, allá en la década
de los 80, y con el gobierno de Copei, le ofrecieron la responsabilidad de ser
el Director de Deporte, en primer lugar en Acarigua-Araure, y luego lo
ascendieron a la Dirección Regional de Alto Rendimiento, donde logro grandes
triunfos,
Fue encargado tres veces de la Dirección
de Deporte de Portuguesa, hasta 1983, la cual se la entrega al Profesor William.
Adán Quintero, Gordo, rauco y dicharachero, es un personaje polémico, que no rehúye ningún tipo discusión, siempre que el conozca el tema, no se mete donde no lo llaman y solo defiende lo defendible y las causas justas.
Como todo ser humano ha tenido altas y
bajas, pero gracias al boxeo ha sabido esquivar golpes y seguir de pie, esa
constancia en el boxeo portugueseño lo llevo a la Federación de este deporte en
Venezuela, donde ejerció como: Director general, Director Ejecutivo, Miembro de
la Comisión Técnica Nacional, trabajo con la Selección Nacional al lado de esa
leyenda del boxeo nacional Edecio Escobar, visitando muchos países con la SN.
También fue coordinador de la zona Centro occidental como técnico de boxeo. Fue
también Jefe de Delegación de Portuguesa en Juegos Deportivos Nacionales
Juveniles, Jefe de Concentración, Director Técnico de J.D.N., así ha pasado la
vida ese gran hombre, Adán Quintero.
“Ni mal ni bien, yo me retire a tiempo,
yo capte una vez que me dijo el profesor Pedro Cunha en una clase allá en Lara,
dijo el boxeo comienza por los pies y termina por la cabeza, poniendo loco a la
ente, y el que no aprende a boxear y menos a defenderse le va mal, aunque yo
era un buen pasador de golpes; ese mensaje lo tome yo, y me dijo me voy del
boxeo antes que me ponga loco. Prácticamente me retiro el peso welter,
estábamos en eliminatoria para los Centroamericano y del Caribe, que se
realizarían en La Habana-Cuba, allí recibí un nocaut y me fracturaron la mandíbula,
fui operado en EE.UU en Carolina del Norte, y me dejaron un clavo, que cuando
me golpeaban en la quijada, me dolía mucho, y me dije hasta aquí llegue.
Como boxeador Adán Quintero realizo 25
combates, siendo un gran estilista, así lo decían lo que lo vieron pelear, como
Mayora, Alberto Aranguren, Delgado y otros amantes del buen boxeo que
practicaba Adán, no era un noqueador pues no tenía pegada, pero se paseaba muy
bien en el cuadrilátero.
A mi estilo y semejanza, dice Quintero
que, Nelson Yépez salió igual que él, quien fue años después Comandante de la Policía
de Páez, entre otros.
Saca del baúl de los recuerdos unas fotos añejas como el y me
dice, pelee contra Felipe Meléndez en dos oportunidades primero en el viejo
estadio “Roseliano Pérez” y en Guanare, donde funciona hoy la casa de Copei,
allí eran las oficinas del IND, allí le gane yo, y la amistad nos separó del
ring. Él estuvo a punto de pelear con gran Vicente Arias, pero este se enfermó
(gracias a Dios), no pasó el examen médico, porque no sé qué hubiese pasado ese
día, se sonríe.
Me enfrente, recuerda Quintero, al “Atómico”
Hernández del barrio El Cementerio de Guanare, era un buen peleador, le vencí
dos veces pero con mucha dificultad; también se subió al ensogado contra
Eduardo Alvarado también dos veces en los 57 kg ., quedando 1-1; luego de esas refriegas
se hicieron compadres y no se enfrentaron más por respeto a su compadrazgo. Así
mismo se cayó a golpes con Soteldo en Turen, en la casa de URD, frente a la
plaza Bolívar, eran estos espacios de los partidos políticos escenarios que se
utilizaban para estos tipos de eventos boxísticos, en todo el estado. Ya
retirado y con el título entrenador decide especializarse en boxeo lo que mejor
conocía.
Adán Quintero en su paso por el boxeo
activo dejo unos grandes palmares, siendo campeón estadal gallo, pluma, ligero
y welter. Campeón Centro occidental en Falcón; fue el primer medallista de oro
de Portuguesa en juegos nacionales, represento al estado en los II Juegos
Deportivos de Anzoátegui, pero no lo dejaron competir por ser menor de edad. En
esos juegos recuerda Quintero que el Atleta Filiberto Rodríguez de Piritu, fue
la primera medalla en juegos deportivos
en atletismo, en el maratón, allí el piriteño corrió descalzo, no se acostumbró
a los zapatos que le dieron para la competencia, Filiberto era de otra galaxia,
un sobre dotado en pruebas de aliento.
Luego de su retiro, se va a Lara y se
inscribe para estudiar para entrenador, allá lo recibe el “Mocho” Reyes, luego estudio
con el profesor Juan La Riva, y llegaría su gran tutor Pedro Cunha Barreto y
por ultimo quien lo puliría Ángel Edecio Escobar, la leyenda del boxeo nacional
como entrenador y hacedor de medallistas olímpicos. Con Escobar anduvo con la
SN por Europa con lo más granado del boxeo olímpico en la década de los 80 y
90, donde estuvo al lado de Pedro Gamarra (Medallista de Plata Olímpica),
Carlos Piñango, a quien asistió en la esquina en Europa; con Omar Catarí, el larense
que lo dio todo en el boxeo, el medallista y multi campeón nacional e
internacional Marcelino Bolívar, parte de la vida de Adán que les presento aquí
y que él no anda diciendo en la calle, así comenzó a abrirse paso este excelente entrenador, quien inicio como
asistente de entrenador y luego llegó a ser entrenador titular de la selección
nacional.
No conforme Adán con todo lo logrado en
su palmarés como atleta, entrenador y dirigente, aun quería más, comenzó a estudiar Tesis de boxeos para pulir aún
más sus conocimientos, al lado de su maestro Ángel Edecio Escobar, el gran
artífice de todo lo que Quintero aprendió en el boxeo, Edecio es un maestro de
maestro dijo con orgullo Adán.
El rauco Quintero, chaparro y fajador,
participo en la ira de preparación para los Juegos Olímpicos de Atenas,
acompañando al medallista Centroamericano y del Caribe Patrick López, quien lo
tuvo todo para ser medallista olímpico, lamentablemente el Comité Olímpico
Venezolano, presidido por Fernando Romero, no le hizo caso al informe técnico
presentado por nuestra Comisión Técnica, dejándolo fuera de la Olimpiadas.
P.- Que peleadores de Acarigua
sobresalieron contigo como entrenador.
“Sin lugar a dudas debo mencionar en
primer lugar a Julio Dorante, el vigilante de tránsito, quien fue medallista
bolivariana y campeón nacional; también conté en mi cuadra con Silverio “Chino”
Caro, campeón occidental, central y subcampeón nacional, perdiendo la Medalla
de Oro contra el gran “Totua” en 1978, en Caracas. También tuvimos a otro gran pugilista
Domino Benítez, el “Negrito del Batey” quien fue un excelente peleador, logrando
muchos triunfos en su carrera boxística, Selección Nacional, asistiendo al
campeonato “Córdoba Cardín”, al torneo “Giraluna” en Puerto Rico, y otros en República
Dominicana, dejando constancia de su buen boxeo.
El actual Presidente de la Asociación de
Boxeo de Portuguesa José Gaviria, trabajo mucho tiempo conmigo, aunque no era
pupilo mío, fue al primer campeonato mundial que se realizó en Tailandia. Conmigo
dice Quintero también destacaron Naudy Romero, campeón nacional, José
Betancourt, Aníbal Reyes, si ese mismo que tiene su taller de Reparación de
Radiadores, recientemente fallecido, era de Lara pero hecho en Portuguesa; Antonio Escalona, Antonio Camargo, quien gano
medalla de Plata en JDN; Aranguren, a quien Antonio Pérez campeón mundial, lo
paro y no pudo llegar a la SN.
Así ha sido la vida de este gran
Portugueseño, que a fuerza de golpes se abrió paso en el difícil arte del
boxeo, tanto regional como nacional. Su constancia y dedicación, su honradez lo
han hecho un personaje de esos que puede poner la cara sin el temor de volver a
ser noqueado o sufrir otra fractura de mandíbula, ya que su actuar en la vida a
sido clara y transparente. Le gusta decir las cosas de frente, sin tapujos, así
se ha ganado el respeto de atletas, dirigentes, deportistas y también en la
política.
Sigue siendo entrenador, y aun visita su
primera casa en Acarigua el “Wilbaldo Zabaleta”, aun aconseja a los nuevos
pininos del boxeo y continúa llevando el boxeo a todos los rincones de Portuguesa.
Cada mañana al igual que muchos dirigentes
deportivos y políticos acuden al kiosco
de Navas, a buscar la fresca noticia o chisme. Hace varias paradas obligatorias para él, Alcaldía
de Páez en la plazoleta conversa y termina en el Wilbaldo Zabaleta, A la hora
del almuerzo camina hasta El Samán, a su residencia, donde su amable esposa lo
espera como cada día en los últimos 30 años de estar juntos y unos días más.
Son muchas otras cosas más que ay que
contar del gran rauco del boxeo, del dirigente de a pie y del gran defensor del
deporte portugueseño, a quien se le ha metido entre ceja y ceja la creación y
fundación de la “Casa del Atleta y Dirigentes de Portuguesa”.
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