miércoles, 18 de noviembre de 2009

Mario Tovar, un caraqueño que se quedo en Acarigua

El amigo Mario Tovar, preocupado por su ciudad
Mario Manzanares
La vida nos pone en situaciones algunas veces difíciles, y es a través de la lucha constante se salen de esas dificultades, pero cuando es la propia familia, aquellos que nos trajeron al mundo, la cosa se pone color de hormiga, este es el caso de Mario Tovar, un caraqueño que sus padres siendo niño lo dejaron abandonado en un albergue para niños, y desde eso hace ya mas de 30 años y desde ese día Mario ha luchado contra vicisitudes bastante difíciles para su precaria vida.

Este moreno trabajador, con problemas de salud, deambula por las calles de las gemelas en busca del bocado que lo mantengan de pie para seguir luchando, es trabajador y con un poco de problemas de algún síndrome, pero con el peor síndrome del ser humano la falta de amor de sus padres.


Mario Tovar como se llama, así dice su cédula de identidad, no recuerda exactamente donde nació, aunque tiene el acento y el habla del caraqueño, no sabe por que lo abandonaron sus padres, el cual no recuerda, hoy día deambula por las calles y duerme donde le cae la noche, según el mismo dice, suerte de este venezolano, que muchos al igual que el no tienen donde vivir en esta Venezuela de tanto petroleo y riquezas.

Se gana el pan diario cuidando cosas, donde algunas veces lo engañan y no le pagan nada, pobre del ser humano que hace esto; en busca de una ayuda siempre esta a las puertas de las alcaldías pero casi nunca recibe la atención esperada ya por que lo tildan de loco, pero el sigue insistiendo en esa ayuda para una operación de próstata, la Misión Negra Hipolita les esta haciendo las diligencia pero aun no se le concreta tan esperada operación.

A este venezolano necesitado hay que ayudarlo, hay que tenderle la mano, el socialismo que pregonamos, debemos demostrarlo con estos hechos, de estos seres humanos que nunca han tenido nada tenemos la necesidad histórica de ayudarlo, de tenderle la mano solidaria de un pueblo que siempre ayuda al necesitado.

Mario Tovar, del terminal a la plaza Bolívar de Acarigua, allí pernocta y hasta duerme en sus bancos. Con los pensamientos de nuestro Libertador rondando por su cabeza y en sus sueños de venezolano, en los sueño de grandeza que tubo nuestro Padre de la Patria, allí lo pueden conseguir para tenderle la mano amiga.


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